La actividad corporal se dirige a recuperar el equilibrio, el cual se pierde de vez en cuando. La pérdida nos hace sentir mal, pero la actividad continúa hasta que el equilibrio se restablece. Parte de esa actividad es el catarro y aunque molesta es benefactora. Igualmente, el catarro es algo que se observa diferente en función de la tensión parcial relacionada con el movimiento parcial del cuerpo o Taiheki. Asimismo, es diferente el catarro según las estaciones del año.
En el movimiento la energía se coagula en distintas partes del cuerpo, sea en exceso o déficit, siendo su directriz ascendente-cerebral, lateral-digestiva, antero-posterior pulmonar, torsión-urinaria, o pelviana. Así pues, el catarro puede afectar, no solo al sistema respiratorio, también el digestivo, urinario, etc.
Desde la perspectiva del Seitai, el catarro acontece por razones distintas a la de contagiarse u otras concebidas. Sobreviene cuando existe un exceso de tensión corporal, también emocional, debido a preocupaciones o estrés. También cuando el sistema digestivo o urinario están sobrecargados por un exceso de alimentación, químicos o alcohol.
Influye el trabajo extenuante, estar deprimidos, o incluso cansar la vista. De hecho, existe un tipo de catarro que tiene aquí su origen y por ese preciso motivo estando acatarrados no se debería cansar la vista viendo la televisión o cualquier pantalla digital.
Surge igualmente cuando la elasticidad de las arterias y las vértebras disminuye o si existe una fatiga en alguna parte del cuerpo. En cualquier caso, se desconoce que el catarro se origina en el cuerpo que trata de reparar un estancamiento biológico. Igualmente, que el catarro se revela en la posición y estado de ciertas vértebras.
Las vértebras afectadas son variadas, sobre todo, la tercera, cuarta y quinta dorsales, y la primera lumbar, aunque la afectación se extiende a más. Sirva de ejemplo, que si existe una falta de elasticidad en la quinta dorsal y primera lumbar el catarro acontecerá y si esa falta de elasticidad afecta a la tercera y cuarta vértebras dorsales el catarro se alargará demasiado.Por otra parte, puede haber complicaciones por no saber pasar bien un catarro y encontrarse con que el estado de la tercera y cuarta vértebras dorsales tengan o no que ver con la neumonía o la tuberculosis, pero no me extiendo aquí en ello por ser un poco complejo.
Puede verse de distinta manera lo mismo, solo que la óptica moderna consiste en ver al ser humano como una máquina y la enfermedad como una avería. Esto es diferente a, por ejemplo, la primitiva forma de ver de los chamanes, para quienes la enfermedad es un desajuste de lo interno con lo externo y, por ende, con la naturaleza. El mismo Hipócrates lo creía así, y del mismo modo el Seitai.
En cierto modo, habría de pasarse lo que llamo la frontera del catarro, lo cual no es otra cosa que aprender a pasarlo de forma natural, comprendiendo que este, al igual que la diarrea, suaves, y en su justa medida, contribuyen a mantenerse sanos. Esa forma consiste en no hacer demasiado, de modo que el proceso no se interrumpa y rebrote luego con más fuerza.
Se introducen coadyuvantes no invasivos, tales como actuar sobre ciertos puntos, tales como la fosa infraclavicular, y vértebras, el uso de agua caliente, la respiración, etc. Todos ellos, junto con la fiebre, el Gyoki o inspiración concentrada, el Yuki o espiración concentrada, y el Katsugen Undo, pueden ser buenos aliados, siempre, claro está, en cuerpos de sensibilidad y vitalidad normales. No se puede lograr si no es por la experiencia gradual al cabo de largo tiempo.
La vida es algo que vivir, no un diamante que guardar en una urna, porque de ese modo se debilita y pasa ante nuestros ojos sin apenas sentirla. Peor si se tiene miedo. Y aunque todo el mundo quiere estar sano, eso es una condición natural, no algo que se consiga con sobre protecciones.
Aunque sí resulta interesante la relación que hay entre el sudor y las corrientes de aire, así como la temperatura del agua, la sensibilidad y la insensibilidad, etc., cosas fáciles para prevenir complicaciones. Tal vez la peor sea creer que uno está enfermo por estar acatarrado, pero lo único seguro es la diferencia entre vivo o muerto, y los animales viven y mueren sin ideas de sano o enfermo.
Nota: este texto está basado (con alguna parte concreta) en el libro: “El catarro en el Seitai, su naturaleza desconocida”.
Si deseas leer la introducción y una parte del principio puedes echar un vistazo aquí: vista previa.
Ver página del libro en este blog.
Temas relacionados:"Lo normal en la naturaleza", "Naturaleza secreta y Katsugen".
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