"En ráfagas, me acordé de tantas veces que había
experimentado la presencia del agua mirando el transcurrir de un río, aunque
solo consiguiera conservar el sentimiento transitoriamente. Pero igualmente
cada vez había menos espacios entre tal sentimiento y su contrario.
Terminé
diciéndome a mismo que si uno se siente agua todo lo demás es también agua. Me
resultaba intrigante que ciertas cosas, aunque no estuvieran por callar, se me
presentaran de esa extraña forma, pero tampoco me importó la razón de todo ello, pues lo
consideraba inútil".
"Sabía bien que en el exceso de energía se siente algo
desagradable, pues esa había sido mi tendencia, pero que no era nada
decisivamente serio. La carencia si lo es, en cambio. En pocos segundos me
emocioné con otra expresión japonesa referida a quien tiene vientre; es decir,
potencia, vigor, cualidades como fuerza interior, serenidad, determinación,
etc., Hara No Aru Hito, algo que había calado profundo en mí por las artes marciales. Y no
había sido para menos descubrir que la palabra enfermedad proviniese del latín "infirmitas", lo que significa: carente de firmeza.
"Inspirar y espirar; eso era lo esencial,
recuperar el sentir de la FUENTE, el respirar de la
TIERRA, el aliento de VIDA. Y recordaba el
«So Ham», el sonido atento de la respiración. Me sentí cruzando la puerta a la
eternidad e imaginé que atravesaba un TORII, una arquitectura japonesa que simboliza tal puerta.
EIÈN es TODO, sin principio ni
final, y se percibe en un oasis de paz cuya llave es el Kokyu, un profundo inspirar y espirar que atraviesa el centro del
Universo.Pero aun con el impulso de todo lo superado supe
que no me iba a ser demasiado fácil manejar el límite entre lo accesible y lo
inaccesible. Sin embargo, EIÈN se me había mostrado en
un paisaje interior, aun cuando fuese aún débil".
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