Una realidad es “realidad concreta”, lo que quiere decir que
no existe “la realidad” universal; se puede salir de una realidad y entrar en
otra diferente. Todas las realidades dependen de la dimensión espacio-tiempo,
porque pueden ser alteradas. Esto permite que uno pueda salirse incluso de sus
dificultades y sinsabores.
Dogen, el maestro precursor del Zen en Japón, habla del
Ser-tiempo. Somos el tiempo de vida, el tiempo empleado en tomar consciencia de
vivir. Chuang-Tzu soñó que era una
mariposa y solamente tenía consciencia de mariposa, no de hombre. Al despertar,
dudó de si era un hombre que había soñado ser una mariposa o si era una
mariposa que ahora soñaba que era un hombre.
No se trata de tomar literalmente la posibilidad de no
distinguir entre lo que llamamos sueño y lo que entendemos por realidad. Sin
embargo, las capacidades de una persona pueden verse modificadas en
determinadas circunstancias. Una persona tiene una fuerza limitada, pero de
repente esta se le multiplica. O al contrario, se le resta.
Existen infinidad de casos como el de una mujer mayor que
levanta un pesado mueble para sacar a su nieto de debajo; tiene ochenta y
cuatro años y le cuesta normalmente levantar una silla. Un hombre, también
mayor, bate el record de velocidad para coger a otro niño a punto de ser
arrollado por un coche que recula sin ver al niño. Es diferente a cuando una
persona, en estado de pánico, pierde sus fuerzas. ¿Y a qué se debe este
fenómeno?
Es la concentración, la cual se entiende como un proceso
mental, pero yo hablo de la concentración del ki o fuerza vital en un punto
concreto. Esto es solo posible a través del vacío mental y la respiración. En
cuanto al vacío, suelo decir que en los momentos críticos hay que procurar que
el pensamiento no sea un estorbo.
En las artes marciales, el oponente representa un obstáculo,
pero en realidad este es el propio pensamiento. Por eso al practicar pido
moverse sin mente. Esto es posible gracias a que el tiempo es relativo y puede
ser modificado, tanto como las capacidades humanas. Se puede dudar de esto,
pero muchas veces, cuando parece que voy a recibir un golpe es mi oponente
quien lo recibe. El tiempo se ha modificado a mi favor.
La respiración es la manera con la que se logra el vacío mental,
y despertar el sistema motor extrapiramidal. Con ese despertar el cuerpo funciona
a la velocidad adecuada y con las capacidades adecuadas, tanto si se trata de
la salud, como de la reacción ante cualquier peligro.
Lo que llamamos reflejos es una reacción, pero es preciso
distinguir entre reflejos condicionados y reflejos autónomos. Los primeros
surgen de la repetición, pero pueden volverse en contra; por ejemplo, al
reaccionar ante una finta (en las artes marciales). Cuando se reacciona
verbalmente contra una persona es un ejemplo de lo mismo y eso hace que muchas
veces metamos la pata.
Los reflejos autónomos son reflejos puros, que son puestos
en marcha por nuestra propia naturaleza. Estos son los que en verdad nos
mantienen saludables, los que nos hacen reaccionar ante cualquier evento con
una eficacia impensable. Los que velan por la supervivencia a todos los
niveles, los que modifican la noción del tiempo y de la fuerza; solo que en el
hombre civilizado se encuentran como embotados.
Esto se nota también al conducir. En mi caso, mis reflejos son
bastante altos. En una ocasión giré rápido el volante hacia la izquierda, para
evitar colisionar con un vehículo que se saltó un semáforo a mi derecha. Pero
entonces un vehículo se me echó encima por la izquierda y tuve que esquivarlo
otra vez hacia la derecha. El primer vehículo frenó y se paró, teniendo que volver
a la izquierda.
Todo salió bien, aunque parecía imposible. Una taza de café
salta por los aires, el plato en una dirección, la taza por otra, la cucharilla
por otra, pero alguien recoge las tres piezas en el aire, girando en diferentes
direcciones, lo que parece más imposible aún, igual que caerse de cierta altura
y ser capaces de decidir dónde agarrarse sin que haya tiempo para eso. O que
tal como se está formando una anomalía en el cuerpo, este busque neutralizarla
de idéntica manera.
El reflejo autónomo puede restablecerse, no obstante, a
través del movimiento precisamente autónomo, y es por eso que el Katsugen Undo
resultar ser un no hacer. Es así, porque con la respiración se estimula la
actividad extrapiramidal. La práctica grupal, vista desde fuera, parece un
concierto de bostezos, moqueos, suspiros…, que son signos de actividad
autónoma.
La concentración surge espontáneamente. Después, relajación
y calma, es el indicativo de que todo ha ido bien. De que no haciendo nada
hemos cruzado el umbral de otra realidad posiblemente más natural y perfecta
que ninguna otra. El adormilamiento da paso a la concentración.
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