Hablamos de respiración Cósmica, de vibración; sin embargo, es preciso no verlo como un método al que se le vinculen efectos, aunque los tenga. Nuestra sociedad es algo ya mecánico, y las gentes buscan soluciones rápidas para sus problemas, se vuelven catadores, buscadores de panaceas, habiendo perdido su autonomía, tanto de cuerpo como de alma.
El miedo potencia esta errónea forma de ver las cosas, y ese miedo corre por las venas del hombre civilizado, separado de la naturaleza que él es. La respiración no profundiza, carece de fuerza.
Esa naturaleza no solo es la que nos corresponde como especie, también es la que precede a nuestra existencia en la Tierra. Dicho de otro modo, la vida precede a nuestra presencia aquí y nuestro verdadero yo no está encarnado ahora mismo, se mantiene fuera del tiempo y el espacio en su “Nirvana”.
El miedo es la única oscuridad, nos dice el Zen. La mente es la enfermedad, dice igualmente. ¿Puede uno relajarse y respirar? Es necesario para vivir y asimismo para hacerlo plenamente; de la misma manera, es indispensable vaciar la cabeza de suciedades, lo que viene a llamarse Misogi.
El Furutama proviene del Aikido de Morihei Ueshiba, si bien él lo llamaba "Tama-no-hireburi". A su vez esto proviene del Shinto japonés, aunque no en la misma forma. Morihei fue un ser especial, iluminado por un lado e invencible en las artes marciales, y más allá de estas, por otro. Así pues, voy a hablar de dioses, no como sugiere la expresión, ni como se interpreta, por lo usual, sino tal como es.
Los dioses referidos aparecen en el Kojiki (crónicas antiguas que versan sobre la mitología japonesa) y personifican a los elementos de la naturaleza y su universo. No son como los de otras culturas que se comportan como soberanos caprichosos. Así pues, en el Furutama se invocan a tres de ellos, pero invocar no tiene tampoco el significado que en occidente se le da esotéricamente. Se trata únicamente de respirar, más concretamente inspirar.
El primero de ellos es “Ame No Minaka Nushi”, el cual representa el centro del Universo, recíproco del centro de nuestra propia consciencia. Hallar ese centro geométricamente es imposible, es incalculable, solo puede sentirse. Es inaccesible sin la respiración y la visualización profunda.
El segundo es “Kuni Toko Tachi”, quien representa la continuidad de los seres vivientes y está más vinculado con la Tierra y sus elementos.
La tercera es femenina, “Amaterasu O Mi Kami”, personifica el Sol y la fuerza vital, el ki. Aunque, en realidad, ninguno es masculino ni femenino, sino en el lenguaje humano tan lleno de arquetipos.
Precauciones
Ha de tenerse en cuenta el terreno, es decir, el estado del cuerpo. Si el cuerpo está más o menos flexible y funciona normal no hay inconveniente en practicar, pero el cuerpo suele estar rígido, contraído, la mente obsesionada con miedos y complicaciones. De ser así es mejor no hacerlo, a no ser que sea muy poco a poco.
En todo caso, mi recomendación es: no forzar la respiración. La inspiración, mejor dicho, porque de eso se trata, de inspirar. No se debe forzar la inhalación ni tampoco retener el aire que se inhala o inspira, ya que nos exponemos a jadear, crear más tensiones en el cuerpo o incluso causar algún daño en el sistema respiratorio y circulatorio. Y si se tiene de antemano algún trastorno de este tipo es mejor no hacer nada.
El ritmo
El Universo es un movimiento que mantiene un ritmo: jo-ha-kyu. Digamos que se mueve en tres fases, una más lenta, otra menos lenta y una tercer rápida. Así funciona también la naturaleza, el cuerpo humano incluso. Se armoniza con mayor facilidad con el Universo siguiendo estos ritmos en la respiración y en los movimientos que siguen, de modo que la primera fase (de Funakogi Undo y Furutama) se realiza más lentamente. La segunda fase un poco más rápido y la tercera más todavía.
La práctica
1. Saludo en seiza, postura japonesa, o de pie, también a la japonesa. Es un total de dos reverencias y cuatro palmadas, con una leve parada entre dos y dos. Es lo que yo hago al principio, si bien al final hago las cuatro palmadas y una reverencia. Las palmadas tienen por objeto purificar al atravesar el Torii. Este es la puerta de acceso al recinto sagrado de un santuario Shinto, pero ese recinto es igualmente nuestro alrededor y nosotros mismos.

Una nota sobre las palmadas: pueden hacerse de forma lineal o circular, si bien Morihei las hacía circulares. Se traza un círculo por delante; las palmas se unen al ascender, inspirando, y se separan al descender, espirando. Se inspira el Universo. Sin este sentimiento, el acto se queda en aplaudir como en un espectáculo; no tiene vida.
2. Funakogi Undo. Se mueven los brazos, como remando, tal como se ve en el video y se respira de forma normal, pronunciando (espirando): “éi” al estirar los brazos y “ho” al recogerlos. Éi-ho, éi-ho… así, ocho veces. Ni una más ni una menos. Se hace hacia el lado izquierdo la primera vez.
3. Furutama. Se pronuncia en voz alta “Ame No Minaka Nushi” con las manos en Gassho, es decir, con las palmas juntas. A continuación, se pone la mano izquierda sobre la derecha, con el dorso de esta última hacia abajo, y mientras se inspira (inhala) se sacuden las manos, a la altura del abdomen, haciendo vibrar el cuerpo.
4. Funakogi Undo. Es la segunda vez que se realiza, pero esta vez hacia el lado derecho. Pero ahora se pronuncia “éi” al estirar los brazos y “sa” al recogerlos. Éi-sa, éi-sa… otras ocho veces. Ni una más ni una menos, recordémoslo.
5. Furutama. Se pronuncia ahora “Kuni Toko Tachi”, igualmente con las palmas juntas, y se vuelve a poner la mano izquierda sobre la derecha, igual que la vez anterior, con el dorso de esta última hacia abajo, y mientras se inspira se sacuden otra vez las manos haciendo vibrar el cuerpo.
6. Funakogi Undo. Es la tercera y última vez que se realiza, ahora, de nuevo hacia el lado izquierdo. Se pronuncia también “éi” al estirar los brazos y “sa” al recogerlos. Éi-sa, éi-sa… otras ocho veces. Ni una más ni una menos, es muy importante.
7. Furutama. Esta vez se pronuncia “Amaterasu O Mi Kami” y se vuelve a poner la mano izquierda sobre la derecha, igual que las veces anteriores, con el dorso de esta última hacia abajo, y mientras se inspira se sacuden otra vez las manos haciendo vibrar el cuerpo.
8. Se vuelven a dar cuatro palmadas y se saluda de nuevo.
Una nota sobre el Furutama: mientras se inspira y se hace vibrar el cuerpo, existe una visualización-invocación que se realiza al ritmo de la inspiración, pero es demasiado complejo para el principiante. Es suficiente con lo explicado.
Temas relacionados con la respiración: Katsugen Undo, la práctica que restablece la salud y la serenidad/La táctica sin táctica, la quintaesencia de las artes marciales.
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